BOLETÍN/ La restauración ecológica, una estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático

El proyecto ‘Implementación de Estrategias de Adaptación al Cambio Climático, a través del manejo del sistema hídrico y del suelo con productores de la estrella hídrica del cerro Zamaricote y en la cuenca alta y media del río Ariporo y río Guachiría, en Casanare’, le apuesta a definir medidas costo-eficientes y que favorecerán el restablecimiento de los servicio ecosistémicos alterados.

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BOGOTÁ, NOVIEMBRE 21 DE 2016. El hombre depende de los bienes y servicios que ofertan los ecosistemas para el sustento de su vida y las actividades que realiza. De allí obtenemos beneficios fundamentales como el alimento y el agua, algunos más complejos como la regulación del clima y el control de enfermedades, así como otros que contribuyen a nuestro disfrute y tranquilidad y que encontramos a nuestro alrededor en la variedad de paisajes y entornos naturales.

Sin embargo, fenómenos globales como el crecimiento demográfico, modelos de desarrollo orientados a la sobreexplotación de los recursos naturales, el cambio de coberturas naturales para áreas dedicadas a la agricultura, ganadería y urbanización, entre otros, han contribuido al deterioro de los ecosistemas y con ello han perjudicado la calidad de los bienes y servicios que estos nos suministran.
ecopetrol2-finalPrecisamente, la regulación climática regional y global ha sido uno de los servicios alterados por la intervención del hombre, hecho que se conoce como cambio climático, fenómeno que se manifiesta con la alteración de las tendencias históricas del clima de la tierra, mediante el aumento o disminución en los valores de parámetros climáticos como la temperatura, precipitación, nubosidad, entre otros, a diversas escalas de tiempo.

El cambio climático afecta los ecosistemas haciéndolos más o menos vulnerables a las variaciones climáticas, creando condiciones que favorecen su supervivencia o, por el contrario, tiene repercusiones irreversibles que los llevan a su extinción. Es imposible frenar los efectos climáticos, sin embargo, disminuir la tasa a la cual suceden los cambios se convierte en el mayor de los retos de la humanidad.

Para el departamento de Casanare, los escenarios de cambio climático proyectados por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), en su tercera comunicación al Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (IPCC), pronostican un aumento de temperatura de 0,9 a 2,4 grados centígrados entre los años 2011 y 2.100, siendo la biodiversidad y los sectores agrícolas y ganadero los que se verían más afectados, situación que se acentuará ante la alta probabilidad en la frecuencia de sequías.

Existen dos medidas mundialmente reconocidas para ejecutar frente al cambio climático: por un lado, las que contribuyen a remover o minimizar las emisiones generadas a la atmósfera, denominada mitigación, y por el otro, acciones que contribuyen a mejorar las capacidades humanas, técnicas y tecnológicas para enfrentar, ajustarse y estar preparados ante los cambios generados en el clima, más conocida como adaptación.

La restauración ecológica entendida como el proceso de restablecer los procesos ecológicos de un ecosistema que ha sido degradado, dañado o destruido, es una de las medidas que favorecen tanto a la mitigación como a la adaptación al cambio climático.  A la mitigación, a través de la remoción de carbono que se concentra en la biomasa de las plantas, animales y el suelo. Y favorece la adaptación en cuanto apoya el mantenimiento de la dinámica hidrológica y otros ciclos claves que minimizan la vulnerabilidad de los sistemas naturales y sociales.

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Es importante mencionar que en Casanare se han realizado numerosos procesos de reforestación, en donde el énfasis de las acciones que se ejecutan se orientan a la revegetalización.

Por el contrario, la restauración parte del conocimiento de los ecosistemas que han sido alterados, de las condiciones físico-bióticas de las áreas a intervenir con el fin de definir medidas costo-eficientes y que favorecerán el restablecimiento de los servicio ecosistémicos alterados. En este sentido, la revegetalización es una de las muchas acciones que se podrían realizar en un abanico amplio de opciones.

El proyecto “Implementación de Estrategias de Adaptación al Cambio Climático, a través del manejo del sistema hídrico y del suelo, con productores de la estrella hídrica del cerro Zamaricote y en la cuenca alta y media del río Ariporo y río Guachiría, en Casanare” le apuesta a la restauración ecológica como una de las medidas de mitigación y adaptación que aportará al mantenimiento y recuperación de servicios ecosistémicos claves para las comunidades locales y con esto tener una mayor capacidad para enfrentar los efectos del cambio climático.

Conoce más acciones sobre este proyecto de Fundación Natura, en los siguientes links: 

Restauran 80 hectáreas en paisajes de piedemonte y sabana inundable en Casanare

Restauran morichales afectados por la ganadería en las sabanas inundables de Casanare

En Casanare, restauran bosque seco en áreas degradadas por ganadería en piedemonte del cerro Zamaricote

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