ENTREVISTA/ ‘La reducción de nuestras emisiones es un compromiso que debemos acatar y respetar’

Roberto León Gómez, suddirector de Desarrollo Local y Cambio Global, de la Fundación Natura, explica la trascendencia de la plataforma que se lanzó para transar créditos y compensar la huella de carbono en Colombia.

BOGOTÁ, 19 DE AGOSTO DE 2016. A través de un Foro Semana, se presentó en la Cámara de Comercio de Bogotá, sede Salitre, el  funcionamiento del ‘Mercado Voluntario de Carbono en Colombia’ y se lanzó oficialmente la primera plataforma que operará en el país, de la mano de la Bolsa Mercantil, para transar la Reducción de Emisiones Verificadas (VERs, por sus siglas en inglés).

Con esto, las empresas interesadas en compensar sus emisiones contaminantes podrán adquirir créditos de carbono, expedidos por proyectos forestales o agroindustriales, y acortar su huella y el impacto que tienen sobre el medio ambiente nacional.

Este es un tema serio, importante, pero que para algunos resulta todo un acertijo. A veces es considerada una materia exclusiva de meteorólogos, de científicos, y por eso la mayoría de las veces los ciudadanos del común la enmarcan entre interrogantes.

Por eso, presentamos a continuación una entrevista con Roberto León Gómez, suddirector de Desarrollo Local y Cambio Global de la Fundación Natura, quien explica en muchas palabras, pero en términos sencillos, la trascendencia de este proyecto que se gestó hace más de seis años y que hoy es una realidad y una contribución para el futuro ecológico del país.

¿Cómo contaminan el medio ambiente, con emisiones de dióxido de carbono, una empresa o una persona?
Sólo por el hecho de estar viva, una persona emite dióxido de carbono (huella de carbono). Con la respiración por ejemplo. Pero además, también emite indirectamente cuando usa un carro, se sube a un bus o a un avión, que se mueven por la combustión de combustibles fósiles o derivados del petróleo. También cuando enciende la luz de su casa, porque esa energía se produce muchas veces con la quema de carbón (en termoeléctricas). Y las empresas emiten durante sus procesos de manufactura, de transformación de materias primas, por el uso de calderas, de aires acondicionados, neveras, al transportar productos…

¿Cuáles son los sectores que tienen la mayor huella de carbono en Colombia?
Según el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, las mayores emisiones se generan por el cambio de uso del suelo (agricultura y ganadería) y por la deforestación, que causa el 30 por ciento de las emisiones del país. Y también hay una huella de carbono importante alrededor del sector de la energía (no confundir con el sector energético), que se refiere a todos esos procesos industriales y comerciales donde hay combustión. Uno de los sectores más impactantes es el del transporte, que aún usa motores antiguos, vehículos viejos o combustibles sin los estándares ecológicos.

¿Cómo pueden las empresas reducir ese impacto?
Un primer paso que tendrían que cumplir es saber cuánto CO2 emiten al año, es decir, identificar cuál es su huella de carbono. Con esto último resuelto, la idea es que decidan cuántas de esas emisiones pueden bajar, haciendo ajustes en su propios procesos, aplicando cambios tecnológicos, optimizando procesos, reduciendo la producción de desechos. Luego, el segundo paso es que aquellas emisiones que no puedan resolver aplicando ajustes en sus operaciones, ya sea por costos o por ausencia de oferta tecnológica, las compensen comprando créditos de carbono.

¿Cómo compran esos créditos?
Una vez la empresa decide compensar, busca la oferta de créditos de carbono, que tienen un aval internacional. Estos créditos se generan con la aplicación de proyectos de reforestación, agroforestales, industriales o de transporte, que han reducido emisiones y lograron certificarse para generar un crédito por cada una de las toneladas de CO2 que han dejado de emitir (un crédito equivale a una tonelada de CO2 no emitida o capturada sembrando árboles). De esta forma, si una empresa compra un crédito, entonces compensa una tonelada de su contaminación. Así mismo, este crédito le queda como un certificado de su compensación y el dinero consignado para adquirirlo va a fortalecer las finanzas del proyecto, para que este continúe su desarrollo.

¿Es aquí donde aparece la importancia de la plataforma que se lanza hoy para transar los créditos?
Exacto. La plataforma muestra entonces la oferta de créditos, para que la demanda o firmas interesadas en compensar sepan qué créditos comprar, dónde y a qué precio. De paso, deja a un lado la informalidad del mercado voluntario, acaba con la posible piratería de créditos falsos o con aquella práctica en la que un mismo crédito se vende varias veces. Es la primera plataforma del país y la segunda en América Latina. La creó la Fundación Natura, con el apoyo de la Cámara de Comercio y la Bolsa Mercantil, que ahora se encargará de su administración. Es importante decir que todas las transacciones se hacen con la asesoría de un comisionista de bolsa.

¿Cuántos proyectos existen hoy en Colombia que pueden emitir créditos?
Hay tal vez unos 20 proyectos forestales. Algunos siembran árboles (que capturan CO2), otros conservan bosques, también hay desarrollos de reforestación comercial o también existen proyectos que masifican el uso de estufas eficientes que impiden que ciertas comunidades talen el bosque para cocinar y con esto sean causantes de contaminación. Todos ellos pueden expedir un crédito por cada una de las toneladas de CO2 que han impedido que se emitan.

¿Las empresas pueden transar o revender el crédito que compran?
Podrían, pero lo correcto es que ese crédito que está compensando la emisión de una tonelada de CO2 de una empresa, quede cancelado, es decir, que quede escriturado y a nombre únicamente de esa firma.

¿Qué vigencia tienen los créditos?
Los créditos que una empresa compró para compensar su huella, fijada por ejemplo en 100 toneladas de CO2, tienen una vigencia de un año. La compensación es anual. La idea es que las empresas colombianas compren créditos en Colombia, para que las reducciones de CO2 cuenten en el país y el dinero de esos créditos apoye el desarrollo de proyectos nacionales.

¿Y cuánto vale un crédito?
El precio varía. Hay créditos que pueden costar 20 centavos de dólar u otros que pueden venderse en 20 dólares. Todo depende de la calidad del proyecto de reducción de emisiones que hay detrás de cada uno de esos créditos.

¿Una persona del común puede comprar créditos?
Puede. Tendría que medir su huella y saber cuántos necesita. En Colombia, la huella de carbono de una persona es de 6 o 7 toneladas de CO2 promedio al año, por sus diferentes actividades de transporte o consumo de energía o generación de residuos.

¿Cuál es la razón de fondo que debe motivar a las empresas a compensar su huella, aprovechar el mercado voluntario y la plataforma?
El país no es el que más emisiones de CO2 genera en el mundo, pero sí somos una de las naciones en donde las emisiones están creciendo a un ritmo alto. Por eso, el Gobierno se comprometió en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 21), que se desarrolló en París el año pasado, a reducir el 20 por ciento de sus emisiones.

¿No cree que el Gobierno debe inventar un incentivo, para que el sector privado compruebe que la compensación vale la pena y se motiven a reducir su huella?
Sí. La compensación no puede reducirse a un tema de responsabilidad social. El Gobierno debería estar diseñando esos incentivos para que las empresas compensen su contaminación y de esta forma adquieran un beneficio, pero también podría estar pensando en castigar a las que no la hagan, emitan sin control o sean indiferentes frente a su huella. Y es que la reducción de nuestras emisiones, todavía, no es de obligatorio cumplimiento, pero es un compromiso que debemos acatar y respetar.

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