EDITORIAL/ ¿Por qué hacemos una carrera atlética para restaurar nuestros bosques?

Frente a la amenaza insostenible de la deforestación, Fundación Natura ha decidido volcar todos los recursos de la Carrera Verde, que ha organizado desde 2015 con el apoyo definitivo del Grupo Argos, a la restauración de nuestros bosques. En 2017, la competencia se realizará el 19 de febrero en Bogotá y el 26 de marzo por primera vez en Medellín. Se sembrarán tres árboles por cada atleta participante.

BOGOTÁ, DICIEMBRE 20 DEL 2016. Pareciera como si en nuestro modelo social solamente fuera importante lo que tiene un valor monetario. Pero muchos no han notado que vale más la diversidad biológica, mucho más que todo el oro y el petróleo del planeta.

Y aunque es muy difícil ponerle un precio al valor de los bosques, es ampliamente reconocido que es fundamental mejorar la forma en que nuestra sociedad y economía valoran la función de los servicios que nos prestan.

El estudio mundial sobre la Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad (TEEB) estima que una hectárea de bosque tropical ofrece cerca de 6 millones de dólares por año en protección de las cuencas, regulación del clima, estabilización de los suelos y protección de las costas.

Servicios  que parecen subestimados por la economía de mercado que nos rige. No sólo porque cada año se talan 13 millones de hectáreas de bosques en el mundo para darle paso a la ganadería o la agricultura. Sino porque pareciera que su valor como patrimonio natural no se tiene en cuenta cuando tomamos decisiones locales y económicas sobre el futuro de las coberturas boscosas, es decir, cuando en lugar de conservarlas preferimos arrasarlas para darles paso a urbanizaciones, carreteras, explotaciones mineras, en síntesis, cuando los intereses cortoplacistas o individuales son más importantes que los colectivos.

Es por esta razón que en Fundación Natura hemos resuelto que los recursos de la Carrera Verde que hemos organizado desde 2015 con el apoyo definitivo del Grupo Argos, y que en 2017 tendrá dos versiones, una en Bogotá y otra en Medellín, se destinen exclusivamente a la restauración de nuestros bosques. Es un aporte significativo, en medio de una deforestación nacional que, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), arrasó el año pasado con 124 mil hectáreas.

En 2016 terminamos de sembrar 18.500 ejemplares de especies nativas, tres por cada uno de los atletas que participaron en la prueba, cantidad que trataremos de superar el próximo año, en un intento por hacer un aporte para que al menos pequeñas porciones de bosques, situadas en nuestras reservas Encenillo y El Silencio, sigan cumpliendo con sus funciones primarias y fundamentales para mantener la vida sobre la Tierra. Entre esos relictos trascendentales y que han sido recuperados por la Carrera aparece el bosque altoandino, del cual podría quedar menos del 10 por ciento en la región Andina.

Biodiversidad récord

Y es que además de servirnos, los bosques son el hogar de una gran variedad de aves, animales, insectos y plantas que son vitales para la salud y el bienestar de las personas. Se estima que hoy podrían existir hasta 100 millones de especies, la mayoría de ellas sobreviviendo en las selvas tropicales, muchas colombianas. Dos terceras partes de todas las especies terrestres viven en los bosques o dependen de ellos para su supervivencia. Además, en la actualidad se conocen alrededor de 1.75 millones de especies de plantas, animales y hongos que tienen su hogar en selvas y arboledas.

La organización de nuestra Carrera Verde también está justificada porque al ayudar a los bosques de paso contribuimos con el bienestar humano. Los bosques son capaces de eliminar de la atmósfera cerca del 15% de las emisiones de dióxido de carbono anualmente creadas por el hombre, lo que se conoce como secuestro de carbono. También pueden ‘enfriar’ el globo mediante la evaporación de grandes volúmenes de agua y la creación de nubes que reflejan la luz solar hacia el espacio.

Son, además, un seguro efectivo contra los impactos del cambio climático, un hecho especialmente evidente en la Amazonia, extendida por más de 800 millones de hectáreas de nueve países, con la mayor diversidad del mundo de aves, peces de agua dulce y mariposas, entre otras especies, y que libera cerca de 8 mil  millones de toneladas de vapor de agua a la atmósfera al año para que existan lluvias y tengamos agua potable disponible.

Sin contar la importancia que tiene la diversidad forestal para el sector agrícola, el cual tiene el reto de alimentar una población cada vez más creciente y con un estilo de vida mucho más caracterizado en el consumo de proteína. Y destacando, además, el resguardo que esta ofrece a las comunidades indígenas, fundamental para su cultura e identidad.

Es por todo esto que cualquier esfuerzo por lograr la restauración de los bosques es una victoria y un intento exitoso para apoyar la calidad de vida de todos. Y la Carrera Verde se ampara y se sustenta en el impulso de esa intención legítima.

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