Construyendo un territorio climáticamente inteligente

Obdulio Pedraza Chávez es un monitor participativo de 78 años. Un hombre de mediana estatura, con una sonrisa que emana cierta ternura y su cabellera blanca, símbolo de su experiencia y sabiduría.

Solo basta conversar un par de minutos con él, para encontrar a un hombre intelectual, que posee una mente brillante en la que se encuentran intactos todos sus recuerdos, a pesar del tiempo. Le gusta aprender cosas nuevas y más cuando se trata de temas que beneficiarán sus cultivos. La edad no ha sido un impedimento para seguir labrando la tierra, pues la alegría que siente al ver su finca florecer le alivia los males y lo llena de ganas de seguir frente a lo que él llama su “pensión”.

Don Obdulio nació en San Vicente de Chucurí (Santander) y desde muy niño creó un vínculo con el campo, pues sus padres se lo heredaron desde antes de nacer. Allí aprendió a trabajar diferentes cultivos como: la caña de azúcar, el pasto, el café y el cacao. A mediados de la década de los 60, siendo un adolescente, tuvo que desplazarse al municipio de Zapatoca (Santander) junto a sus padres y sus 12 hermanos, huyendo de la represión generada por el conflicto armado de esa época en el departamento.

Hoy en día, Don Obdulio reside en su finca “Las Mirlas”, rodeado de verdes montañas, sus cultivos de cacao, su jardín de rosas y su mascota, un perrito criollo que lo acompaña día y noche. Su finca se encuentra ubicada en la vereda La Plazuela del municipio de Zapatoca, un territorio climáticamente inteligente que cuenta con 17 monitores participativos, encargados de llevar los registros meteorológicos de la vereda.

Él disfruta de las largas charlas con quienes lo visitan, pues desde el fallecimiento de su esposa, su mascota se convirtió en su única compañía. Sus siete hijos lo visitan frecuentemente, pero él es quien se encarga de que todo esté en orden, desde su jardín de rosas hasta los quehaceres dentro y fuera de su finca.

“Mis vecinos me preguntan si es fácil de realizar el monitoreo y la verdad, esto no tiene friegue, es fácil, no le veo dificultad. Yo le expliqué a mi hija Teresa y a mi hermano Calixto y de inmediato ellos solicitaron la microestación y entre los tres comparamos los registros. A pesar de que las fincas son cerca, a veces allá llueve menos y acá más, y así vamos comparando”, cuenta Don Obdulio.

Los registros de Don Obdulio son muy organizados, su cuadernillo no tiene error alguno, sus datos son exactos, los escribe a lápiz pues manifiesta que no le gusta llenar de tachones sus apuntes, los cuales presenta no solo a los técnicos de Fundación Natura cuando lo visitan, sino a sus vecinos.

“A mí me gusta mostrarle a quien me pregunte y si alguien quiere aprender yo le enseño. Sería muy bueno que todos en mi vereda llevemos estos datos, porque así seríamos diferentes a los demás, los cultivos de La Plazuela serían de mejor calidad y nadie tendría perdida, todos sabrían cuál es el mejor tiempo para sembrar y hasta sacaríamos el mejor cacao del mundo”, manifiesta Don Obdulio con entusiasmo.

Para este hombre de cabellera blanca, monitorear las condiciones meteorológicas es fácil y beneficioso, y manifiesta que le hubiera gustado conocer un proceso de estos cuando era más joven. Sin embargo, a sus 78 años, considera que es interesante aprender cosas nuevas y le apuesta al progreso de su territorio a través de estos procesos en los que la comunidad es capaz de construir conocimiento.

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