BOLETÍN/ Restauran 80 hectáreas en paisajes de piedemonte y sabana inundable en Casanare

Ecopetrol, la alianza entre Fundación Natura y la Fundación Horizonte Verde, con el apoyo del Grupo Ecológico Mastranto, intervienen cuatro corredores de conectividad que permitirán el intercambio de especies de fauna y flora asociados a bosques de galería.

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BOGOTÁ, NOVIEMBRE 30 DEL 2016. En Támara, Hato Corozal, Pore y Paz de Ariporo (Casanare), municipios en donde se desarrollan acciones de Fundación Natura con el proyecto  ‘Implementación de Estrategias de Adaptación al Cambio Climático’, a través del manejo de los recursos hídricos y del suelo con productores de la estrella hídrica del cerro Zamaricote y en la cuenca alta y media de los ríos Ariporo y Guachiría, predominan los paisajes de piedemonte y sabana inundable.

En el caso de piedemonte, el paisaje está representado por sabanas de piedemonte y bosques (secos y húmedos de piedemonte), matas de monte y morichales, que ofrecen una gran variedad de hábitats que se manifiestan con la alta diversidad de plantas (650 especies), mamíferos y 32 especies de reptiles.

En los estudios sobre diversidad biológica en Colombia, el piedemonte se reconoce como una de las regiones más ricas en aves, con 542 especies identificadas.

El paisaje de sabana inundable se ubica en el extremo oriental de Arauca y Casanare, ocupando aproximadamente un 30 por ciento del total del territorio de ambos departamentos. Se caracteriza por presentar un relieve plano-cóncavo y plano-convexo, en donde confluyen ecosistemas como los bosques de galería, morichales, bancos de sabana, bajos, esteros, médanos y zurales.

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Corresponden a zonas con cobertura vegetal abierta, dominadas por pastizales nativos, con una baja presencia de especies arbustivas, siendo su principal característica la inundación prolongada de las zonas bajas de este tipo de paisaje, por las precipitaciones y el predominio de suelos con alto contenido de arcillas.

Deforestación y ganadería impactan recursos

La intervención del hombre ha tenido impactos positivos y negativos en ambos paisajes y en sus ecosistemas. En el caso de piedemonte, la ganadería, uno de los principales sectores productivos en la región, ha contribuido con la deforestación y degradación de los bosques. Su impacto es menor en sabana inundable, debido a que esta actividad no realiza una transformación del paisaje y está en consonancia con las formas de vida presentes en sus ecosistemas.

Otras actividades como la explotación petrolera, el cultivo del arroz y la construcción de infraestructura vial también generan impactos en los ecosistemas de estos paisajes, lo cual hace necesario una planificación adecuada y coherente con las determinantes ambientales y los esquemas de planificación que, en últimas, buscan proteger ecosistemas claves para la región.

Se toman acciones

El convenio firmado entre Ecopetrol y la Alianza Fundación Natura y Fundación Horizonte Verde, con el apoyo del Grupo Ecológico Mastranto, realiza acciones a dos niveles de intervención: uno a escala de paisaje, en donde para los municipios de influencia se han identificado cuatro corredores de conectividad que permitirán el flujo de organismos de fauna y flora asociados a bosques de galería.

Y a escala de finca se ha logrado la planificación predial participativa con cada uno de los cuarenta beneficiarios vinculados al convenio, para identificar acciones que contribuyan a la conservación, producción sostenible y la restauración en los paisajes de piedemonte y sabana inundable.

El proyecto tiene como meta el establecimiento de, al menos, 80 hectáreas en acciones de restauración activa y pasiva que equivalen a 25 predios beneficiarios, a través de las cuales se buscan, a escala de paisaje, mejorar la conectividad de ecosistemas de bosques de galería con la siembra de especies nativas que favorezcan a la especie Aceite (nombre científico).

A escala de predio, la idea es contribuir al cuidado de nacimientos, rehabilitación de rondas y a la recuperación de ecosistemas que contribuyan al bienestar de las comunidades, la flora y fauna nativa en la región.

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Un aspecto relevante es que las acciones de restauración que se están realizando cuentan con la orientación técnica de profesionales conocedores de la región y el apoyo de las comunidades locales, lo cual garantiza el éxito de las acciones implementadas.

En este sentido, el proyecto ha venido fortaleciendo las capacidades locales, en donde la formación de personas de la región permitió la construcción de dos viveros, uno para piedemonte y otro para sabana, con el fin de propagar el material utilizado en el proyecto.

Actualmente, el equipo técnico está definiendo los indicadores de seguimiento a las acciones de restauración implementadas, para evaluar su evolución a corto plazo. Luego, la idea es lograr la recuperación de las áreas intervenidas.

Lee más información sobre este proyecto de Fundación Natura:

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