Alianzas estratégicas para la restauración ecológica en Santander

Con el objetivo de socializar los diferentes aprendizajes e impactos alcanzados de la experiencia de restauración ecológica en los bosques húmedos alto andinos dentro de áreas protegidas, como una alternativa de compensación ambiental; y con el ánimo de propiciar un espacio de discusión regional en torno a la promoción de la restauración ecológica como una alternativa de compensaciones en áreas protegidas o ecosistemas estratégicos del País; el próximo jueves 13 de septiembre, se llevará a cabo el panel “Alianzas estratégicas para la restauración ecológica en Santander”.

Esta jornada hace parte del proyecto de restauración ecológica en la zona norte del Parque Nacional Natural Serranía de los Yariguíes, implementado por la Unión Temporal Jaguar Corredor Norandino, de la que hicieron parte: Fundación Natura, Fundación Guayacanal y el Programa de Desarrollo y Paz, Magdalena Medio.

El Proyecto

En el marco del Plan de Compensación Forestal asociado a la construcción de la Central Hidroeléctrica Sogamoso, ISAGEN suscribió un convenio de cooperación interinstitucional con Parques Nacionales Naturales de Colombia y Fondo Patrimonio Natural, para la restauración ecológica de 4.057 hectáreas del Parque Nacional Natural Serranía de los Yariguíes.

Una de las zonas que hizo parte de este proceso es la zona norte del parque, que comprende un paisaje de fuertes contrastes en cuanto a ecosistemas y relieve, un lugar destacado por su biodiversidad y endemismos. Sin embargo, las dinámicas de uso del territorio (tala selectiva, ganadería y cultivos) han llevado a la degradación de especies vegetales y la pérdida de otras, propias de los bosques subandino y andino.

La fase de diagnóstico se desarrolló con la caracterización del componente biótico (flora, fauna), físico (suelo, agua) y social (historia de uso del suelo), donde se definieron las dinámicas de regeneración de las coberturas vegetales, las barreras a la restauración, el ecosistema de referencia y la reconstrucción del patrón de uso y transformación del territorio.

Durante la fase de diagnóstico, donde se realizaron caracterizaciones de flora, fauna, suelo, agua y social; se identificaron como unidades de manejo: los pastos limpios y enmalezados, helechales, rastrojos bajos abiertos y cerrados, rastrojos bajos y altos de helechos arborescentes, rastrojos altos y bosques intervenidos, para los cuales se formularon una serie de tratamientos y diseños, en función de la necesidad de restauración de cada unidad.

Dichos tratamientos estaban orientados a la remoción y control de tensionantes, adecuación del suelo, adición de especies vegetales y oferta de recursos alimenticios y estructurales para la fauna nativa.

Se seleccionaron y propagaron 90 especies vegetales, que se distribuyeron de acuerdo a su función ecológica. En este proceso fueron muy importantes las comunidades como agentes de la conservación.

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