Abel: el hombre que confió en el conocimiento empírico y las habilidades de los agricultores santandereanos

Abel Antonio Merchán, llamado por sus amigos y familiares más cercanos como Abelito o Toñito, nació en San Vicente de Chucurí, la capital cacaotera de Colombia. Tiene 37 años y desde muy niño se despertó su pasión por el campo, debido a la herencia que sus padres y abuelos le otorgaron, para cultivar cacao y café.

Abel, orgulloso de sus raíces agrícolas, reconoce el gran legado de su familia materna pues sus abuelos colonizaron lo que hoy se conoce como Alto Viento, vereda ubicada a una hora y media del casco urbano, donde se producen frutos valiosos para la región.

Abel Merchán e Hilda Silva, han sido agricultores toda su vida. Al ritmo de la guitarra de su padre y el canto de su señora madre, narran las historias y cotidianidad de su territorio y han logrado inculcar en él y sus nueve hermanos, el amor por la tierra y la naturaleza. Fue gracias a ellos que Abel Antonio tuvo la oportunidad de estudiar en la Universidad Industrial de Santander, de donde se graduó en Producción Agroindustrial y Tecnólogo Agropecuario, carreras que le han dado la oportunidad de laborar en lo que le apasiona, aportando conocimientos académicos y empíricos, al territorio que lo vio nacer.

Actualmente, este chucureño se desempeña como técnico de investigación del proyecto de Monitoreo Climático en el área de influencia de la Central Hidroeléctrica Sogamoso en Santander, donde lleva un poco más de ocho años de labor. Durante ese tiempo, Abel ha podido crecer a nivel profesional, forjando grandes lazos con la gente de la comunidad, de los cuales ha podido aprender y aportarles sus conocimientos sobre la relación que existe entre el clima y los diferentes sistemas de producción de la zona.

En el 2011, la Fundación Natura e ISAGEN, instalaron siete estaciones meteorológicas satelitales en el área de influencia del Embalse Topocoro, que permitirían conocer y monitorear los ciclos climáticos de la zona antes, durante y después del llenado del embalse. Con el transcurrir del tiempo, los agricultores se llenaron de dudas con respecto a la veracidad de la información climática entregada. Con el fin de encontrar estrategias que les permitiera interiorizar nuevos conocimientos sobre el clima, Abel Merchán tuvo una idea que, con el aval de todo el equipo, se convirtió en uno de los grandes pilares del proyecto: que los agricultores participaran activamente en la toma de información climática. Poco a poco esta idea se fue estructurando y perfeccionando con la ayuda y el trabajo interdisciplinar de todos los miembros del equipo, para convertirse en un proceso de Monitoreo Climático Participativo que permitió aclarar dudas sobre el comportamiento del clima en la zona y se ha convertido en una herramienta para la toma de decisiones en relación con las actividades de manejo de los sistemas productivos.

“Fue mi idea que los agricultores midieran el clima. Hoy en día son más de 100 monitores quienes toman datos. Cada año, este proceso se sigue robusteciendo. Como equipo, cada vez nos reinventamos y continuamos creciendo como proyecto, siendo más visionarios y aportando más conocimientos a los agricultores sobre clima y sus cultivos”, manifestó orgulloso Abel Merchán.

Su trabajo en Fundación Natura ha sido muy valioso, siendo uno de los miembros del equipo que mayor contacto ha tenido con los productores de la zona, logrando crear lazos con la comunidad que han permitido que el proyecto avance y se desarrolle de la manera adecuada. Además de caracterizarse por aportar excelentes ideas para el trabajo en campo, también es visto por sus compañeros de trabajo como una persona tranquila y pacífica, que irradia paz.

“Me siento muy agradecido con la Fundación Natura e ISAGEN por depositar su confianza en mí durante estos ocho años y permitirme desempeñar en lo que me apasiona. Ver todos los alcances de este proceso de monitoreo climático, es para mí satisfactorio. El poder observar que los agricultores se apropian y empoderan de nuevos conocimientos científicos en beneficio del territorio me hace sentir que hemos aportado significativamente como equipo a los agricultores”, concluyó Merchán.

Esta información hace parte del “Programa para atender la percepción de la comunidad acerca de posibles cambios microclimáticos ocasionados por el embalse Topocoro” y el Proyecto de Monitoreo Microclimático en el área de influencia de la Central Hidroeléctrica Sogamoso, desarrollado mediante el convenio 47-681 entre ISAGEN y Fundación Natura.

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